Barry Allen inicia una misión como Flash y nota que, a la máxima velocidad que logra alcanzar, puede viajar en el tiempo. Cuando interviene en el destino trágico de su madre que ocurrió cuando era un nene, alterará las líneas temporales y el choque de universos paralelos podría ser inminente.
Por qué hay que verla: porque es una de las películas más complicadas en realizarse del universo de DC Comics, que pretende ser un viaje nostálgico al pasado con el regreso de Michael Keaton como Batman. Dirigida por el argentino Andy Muschietti, su acción es arrolladora, a pesar de las confusiones que genera. Raros los efectos, bien por los fenomenales homenajes.